En este espacio compartiremos esta forma de felicidad, #DeCuandoEscribo, Puerta, ventana, lienzo, pluma, fuerza. Una forma de vacio que me llena y me acompaña

Cuando a los 8 años le escribí a mi mamá un primer poema qué hablaba de amor, sabía que no sería el último.

Cuando a los 13 quise escribirle a la lluvia y a un primer beso qué no había llegado todavía, sabía que no sería el último.

Cuando a los 18, cuando me dije que antes de los 20 escribiría un libro, y no lo hice.

Cuando me olvide de escribir. Cuando me olvide de leer o de ir al teatro. Cuando perdí el filo, el piso y el norte.

Cuando mi alma volvió a elegir el lápiz para sostenerse en pie.

En cada cuando, en que me di permiso a querer.

En cada idea que duerme en mi tintero esperando su turno al bate.

Siempre supe que no sería el último, que el ultimo verso sigue pendiente de escribirse. Sabía que llegaría al destino que le da sentido al tiempo.

Era esta la cubeta a los pies del arcoíris. El trébol de tres hojas. Mi amuleto y mi medallita de la Virgen. Era este momento el que no encontraba hueco en mi calendario.

Gracias por estar aquí y acompañarme a celebrar este momento.

Angela